sábado, 28 de abril de 2007

Actividad nº 3

Lic. Virvalle Zea Segnini
Profesora de: Razonamiento Verbal

Estimados alumnos a continuación les presento el tema: “El Párrafo como unidad de pensamiento”, Leerla detenidamente y realizar las actividades que se te indican al final y debes hacerla en el espacio correspondiente del blog (comentarios) antes del sábado 05 de mayo, recuerda identificar tus comentarios.

El Párrafo como unidad de pensamiento

Los párrafos constituyen cada una de las partes de un texto. Lo esencial del párrafo es que todo él gira alrededor de una idea, en general es así, aunque pueden presentarse algunas excepciones. Al enfrentarnos a un párrafo lo primero que debemos hacer es considerarlo como una unidad de pensamiento. A través de las distintas palabras y frases que lo componen debemos estar pendientes de encontrar cuanto antes la idea básica, fundamental, que el autor nos ha querido comunicar. Algunas de las funciones del párrafo, además de presentar o desarrollar un concepto nuevo son:

1.- Servir de introducción al escrito, a un capítulo o a una sección.
2.- Definir un término importante.
3.- Presentar una anécdota, un ejemplo o un caso ilustrativo.
4.- Servir de nexo o transición.
5.- Resumir o unificar lo expresado en párrafos anteriores.
6.- Subdividir un tema.
7.- Desarrollar las subdivisiones de un tema.
8.- Servir de conclusión o resumen a un escrito o a un capítulo.
9.- Presentar recomendaciones.

La estructura externa de un párrafo está conformada por la delimitación de un punto y aparte y por la presencia de la sangría y la estructura interna de un párrafo está conformada por: la idea principal que centraliza la información más importante o relevante que el autor quiere destacar y las ideas secundarias que amplían y complementan a la principal, mediante repetición, ejemplificación, justificación, contraste, etc.

La idea principal: normalmente viene expresada en una de las frases del párrafo y alrededor de ella de una manera natural y lógica se agrupan las otras frases para ampliar, concretar o presentar diversos aspectos referentes a la idea central. La habilidad del lector consiste en descubrir de un modo rápido y seguro cuál es la idea central y la frase que la representa. No siempre la idea central está colocada al principio del párrafo, pues puede encontrarse en medio o al final del mismo.

Al inicio del párrafo: su lectura es más fácil, no hay que esforzarse en buscarla a través de todo el párrafo. A la luz de esa idea se pueden leer las demás frases con gran rapidez y facilidad de comprensión, pues las otras ideas confirman o explanan lo que se ha dicho en primer término.

Al final del párrafo: el lector encontrará que ella viene a ser como la afirmación definitiva o la conclusión general de todo el párrafo y las otras frases lo que hacen es preparar el terreno por medio de consideraciones y afirmaciones parciales que apuntan, progresivamente, hacia la conclusión final. El lector debe estar con su mente alerta y a la espera de que aparezca una frase crucial que resumirá y complementará todo el esfuerzo precedente, dándole su pleno sentido y significado.

En el medio del párrafo: el pensamiento estará desarrollado, en general, a manera de un movimiento pendular, pues la primera parte del párrafo será un preámbulo o una preparación que culminará con la aparición de la idea central. La segunda parte será una prolongación de esta idea a modo de aclaraciones, confirmaciones o consecuencias.

La frase secundaria: Son aquellas que sirven al autor para ampliar de un modo más detallado todos los aspectos e implicaciones que éste tiene en la mente cuando escribe la frase principal. Para perfeccionar el modo de leer cada párrafo es muy útil tener una idea clara, para poder entonces obtener las demás frases del párrafo, las frases secundarias, que pueden ir ampliando, desarrollando o matizando la idea expuesta en la frase principal. Las ideas secundarias se usarán con los siguientes fines:

1.- Replantear o repetir la idea central.
2.- Reforzar o dramatizar la idea central.
3.- Aclarar la oración inmediatamente anterior.
4.- Ampliar la información, exponer detalles, presentar un caso o un ejemplo.
5.- Presentar una idea opuesta, contrastar.
6.- Presentar cifras, datos o citas que demuestren lo dicho.
7.- Exponer una conclusión o efecto resultante de las ideas expuestas en el párrafo.8.- Subdividir un tema en varios aspectos o partes, los cuales se tratarán en los siguientes párrafos o en el mismo.

Maneras de ampliar la idea central a través de las secundarias:

1.- Por repetición: Se mantiene el mismo contenido de la frase principal, variando simplemente las palabras. Se establece la idea central en la primera frase y se suele terminar con otra frase semejante a la primera, en la que, a modo de conclusión, se vuelve a repetir la idea fundamental. También éste tipo de frases se pueden encontrar en cualquier otra parte del párrafo.

2.- Por contraste: Estas frases son muy eficaces para resaltar la idea central. El autor quiere impresionarnos y dejar bien claro cuál es su verdadero pensamiento, indicando y rechazando de plano lo que no es su pensamiento.
3.- Por ejemplificación: Los ejemplos sirven para hacer comprender el alcance de la idea principal a través de casos y aplicaciones concretas. Los ejemplos pueden pasarse por alto cuando existe una verdadera comprensión de la idea central, pero en la práctica, los ejemplos son las mejores ayudas para llegar a comprender de verdad lo que iba implicado en la afirmación general.
4.- Por justificación: Este tipo de frases contiene razones o argumentos que apoyan la afirmación establecida en la frase principal. Ayudan a su mejor comprensión, en el sentido de que una idea se siente más profundamente en la medida que conocemos mejor cuáles son los fundamentos lógicos o racionales que le sostienen y apoyan.

Para localizar con mayor facilidad la frase principal, se puede aplicar la siguiente técnica:

1. Lo que se debe observar primero es cuál es la palabra que más se repite y que domina todo el párrafo: Esta palabra representará un objeto, una persona o una cualidad, algo en torno a lo cual gira toda la exposición. Algunas veces, el autor no siempre utiliza la misma palabra sino sinónimos o, en algunas frases, emplea pronombres. Lo importante es darse cuenta de que en todos esos casos se está refiriendo siempre a la misma idea, al mismo objeto.

2. Después de localizar esta palabra nos encontramos en condiciones de ubicar la frase central del párrafo. En general, todas las frases tendrán alguna relación con la palabra clave, pues todo el párrafo gira alrededor de la misma. Pero la cualidad básica de la frase principal es siempre su carácter global o de inclusividad. En cierto modo, ella encierra en sí misma todo lo que se expone en las demás frases.

3. La frase principal será, pues, aquella donde se establece la afirmación más amplia, más general y que puede considerarse como el resumen de todas las demás.

Comprobación de la frase principal.

Para asegurarse de que la elección ha sido correcta existen dos medios de ayuda:
1.- Suprimir la frase principal: al hacerlo se notará que el párrafo queda truncado o incompleto; no aparece claro el significado del mismo como conjunto. Mientras que si se suprime una frase secundaria, apenas variará el sentido general. 2.- Leer una por una las restantes frases del párrafo y, antes o después de cada una, repetir de nuevo la frase principal. Si la elección fue acertada veremos como cada una de las frases se relaciona de un modo natural con la frase central, formando ambas un todo bien lógico y coherente.

Una de las técnicas más eficaces para realizar el mejor tipo de lectura es cuando se desarrolla la habilidad para descubrir, con rapidez, la idea central de cada párrafo. Asimismo, cuando logramos tener una idea clara de los diversos modos como puede ser ampliada a través de las distintas frases del párrafo. Esto permite tener asegurada una buena comprensión del pensamiento del autor. Al reconocer las frases principales, la lectura podrá ganar agilidad y velocidad según sus deseos y la finalidad que pretenda.

Enlace de los párrafos

Normalmente, el primero o los dos párrafos iniciales de un texto sirven como introducción al tema. En ellos se plantean los antecedentes, datos históricos, referencias anteriores; por ello sirven como marco de referencia al escrito. Luego se pasa a la exposición o desarrollo del tema de manera detallada y a lo largo de todo el informe, artículo o monografía se expone el tema o asunto y se tienen varias partes, secciones o aspectos que equivalen a los capítulos de un libro.

Cada parte o sección forma un conjunto y equivale a una división del escrito y a cada una de ellas se le dedican dos, tres o más párrafos que deben estar enlazados de alguna forma. De esta manera, el lector puede notar que el nuevo párrafo tiene relación con el anterior, que se continúa hablando sobre el mismo aspecto.

Para lograr este enlace es conveniente iniciar el nuevo párrafo usando alguna de las palabras importantes del anterior, especialmente las palabras de la oración central o de la oración final. Esto ayuda al lector a recordar lo que acaba de leer, refuerza lo expresado en el párrafo recién leído e impide que el lector salte un párrafo para continuar con el sentido de la exposición.

Los elementos de enlace o conectores son palabras o expresiones que ayudan a la continuidad de ideas dentro de los párrafos, es decir, sirven para relacionar unas ideas con otras. A continuación se presenta una lista de algunos de estos elementos:

Los que indican orden o sucesión de la misma idea: al principio, en segundo lugar, a continuación, por último, finalmente, etc.
Los que indican limitación: pero, no obstante, sin embargo, etc.
Los que indican exclusión: por el contrario, de otro modo, etc.
Los que indican consecuencia: por lo tanto, pues, luego, por consiguiente, etc.
Los que indican continuidad: pues bien, ahora bien, además, etc.

También ayuda al enlace de un nuevo párrafo el usar una expresión de enlace como: además, por otra parte, sin embargo, como consecuencia, por tanto, por consiguiente.
Si no existe el enlace entre el nuevo párrafo y el anterior, el lector tendrá la sensación de que el autor ha pasado a tratar un aspecto totalmente nuevo y hasta que no descubra lo que se trata en dicho aspecto o sección del tema, estará como perdido.

Para avisar al lector que se va a tratar otro aspecto, otro asunto o sección, se debe iniciar el párrafo con una frase que lo indique, como sería:
· Otro aspecto importante de este problema…
· Otro país que enfrenta problemas…
· Se analizará ahora la incidencia que tienen los...
· Conviene dedicar unas líneas a analizar la posición...
· Pasando a tratar el caso especial de los…

Después de haber desarrollado todos los aspectos necesarios acerca del tema y antes de ponerle punto final, se debe dedicar uno o dos párrafos a refrescar en la memoria del lector lo más importante de lo expuesto en el escrito. Se escribirá un resumen impactante y breve de las ideas principales desarrolladas y sustentadas a lo largo de todo el texto, para ayudar al lector a recordar permanentemente lo principal de lo leído. En esta parte final se incluyen las conclusiones que el autor desea establecer y dejar claro su contribución personal con respecto al tema expuesto. También puede incluir recomendaciones del autor, cerrando el escrito con sumo cuidado.

Actividad:
Leer los siguientes textos, luego identifica y extrae de ellos la idea principal de cada párrafo y las ideas secundarias y explica que tipo de ampliación tienen las ideas secundarias con respecto a la idea principal si es por ejemplificación, contraste o justificación.

NUMERALES EN LOS CALENDARIOS MESOAMERICANOS

todos los pueblos de mesoamércia tuvieron sistemas de numeración vigesimales basados en múltiplos de 20. Estos sistemas calendáricos se distinguen del sistema decimal de nuestra cultura, basado en múltiplos de 10 o del mesopotámico, con base en múltiplos de 20.
Desde 600 a.Cc. ya hasta 900 d.C., la mayor parte de los pueblos mesoamericanos usaron dos elementos para escribir los números: un punto con valor uno, y una barra, con valor cinco; con esta combinación se escribían todos los números del 1 al 19. Después del 19 venía el cero, seguido del uno, dos, tres y así sucesivamente.
Después de 900 d.C., los mixtecos y los mexicas escribieron los números con puntos y ya casi no usaron las barras. La posición de los números también tuvo un valor (especialmente entre los pueblos de la costa del Golfo después de 50 a.C; y entre los mayas de las Tierras Bajas) como ocurre en nuestros decimales 10, 100, 1000, etc Los equivalentes vigesimales eran 1, 20, 400, 8000 y 160000; en otras palabras, 20 unidades del primer grupo formaban una unidad del segundo y así sucesivamente.


LA NOTACIÓN NUMÉRICA POSICIONAL Y EL CERO

Los pueblos del sur de México inventaron un sistema posicional de numeración y con ello establecieron el concepto matemático del cero. Con esta notación posicional de valores podían anotar cinco unidades de tiempo.
Lamentablemente, no se sabe a ciencia cierta cómo se llamaban esas unidades en la zona del Golfo de México hacia 50 a. C., por lo cual es necesario utilizar algunos términos mayas para hablar de ellos. La unidad más pequeña fue el día kin. En el segundo orden tenemos un inal, que constaba de 20 días. El tercer orden debería ser 400 en un sistema ortodoxamente vigesimal, pero los mayas introdujeron una modificación para que la unidad se aproximara a la duración real del año de 365 días. Es por eso que la tercera unidad es un tun, de 360 días o 18 uinales, en vez de los 20 uinales que le corresponderían. La cuarta unidad era el katún, de 20 tunes, y la quinta era el baktún de 20 katunes.



miércoles, 25 de abril de 2007

25-09-04-2007
Lic. Virvalle Zea Segnini
Profesora de: Razonamiento Verbal

Estimados alumnos a continuación les presento La lectura titulada: “la lectura es un proceso cíclico”, Leerla detenidamente y realizar las actividades que se te indican al inicio y al final para ejercitar la comprensión lectora y enriquecer tu conocimiento. La actividad debes realizarla en el espacio correspondiente del blog (comentarios) antes del sábado 28 de abril, recuerda identificar tus comentarios.

Antes de leer:

Responde antes de comenzar la lectura las siguientes:
1. ¿Qué sé de este texto?,
2. ¿De qué trata este texto?
3. Elabora una anticipación a partir del título de la lectura.


LA LECTURA ES UN PROCESO CÍCLICO

"Aunque parezca extraño, los libros no se deben leer. Se deben releer.
Un buen lector, un lector activo y creador, es un relector”
Vladimir Nabokov

Como cualquier otra actividad de los seres humanos, la lectura es una conducta inteligente. El cerebro es el centro de la actividad intelectual humana y del procesamiento de información.

En esa actividad inteligente que es la lectura, podemos identificar cuatro ciclos: óptico, perceptual, sintáctico y de significado o semántico, Desde luego, en el proceso lector estos ciclos no se producen en forma lineal, aislada o independiente. A medida que la lectura progresa, una serie de ciclos se continúa tras otra. Como el objetivo primordial del lector es producir significado a partir de un texto, los ciclos son tentativos y pueden no ser completados si ya se ha alcanzado esa finalidad esencial.

El cerebro, como centro de toda actividad intelectual, controla el ojo y lo dirige para que recoja la información presentada por el texto, concentrándose en la más útil e ignorando la que no es necesaria. Así pues, incluso en el ciclo óptico es el lector quien controla activamente el proceso.

El ojo humano es un instrumento óptico. Tiene un lente con una distancia focal que le permite recoger información clara de una parte pequeña del texto. Pero el ojo también tiene una visión periférica menos clara, y hace uso de ella para no detenerse en todos los signos gráficos y poder llevar a cabo un ciclo perceptual muy eficiente. Nuestra capacidad para predecir pautas de lenguaje es tan grande que lo que creemos ver es, en la mayoría de los casos, lo que esperábamos ver. Una vez hemos producido sentido, tenemos la ilusión de haber visto todos los detalles gráficos del texto. Se dice que los buenos lectores utilizan índices perceptivos mínimos para activar sus esquemas 'y no se detienen en información irrelevante.

En el ciclo sintáctico, la unidad más importante es la oración. Según Halliday (1982), el texto es una unidad semántica que no está simplemente compuesta por oraciones, sino que se realiza en oraciones interrelacionadas. Este ciclo requiere bastante de las estrategias de predicción y de inferencia. Los lectores deben ser capaces de identificar elementos claves de los índices de oración (por ejemplo, si es una oración independiente o no), conectores, elementos anafóricos y signos de puntuación, para predecir pautas sintácticas cuando empiezan a procesarlas.

La producción de significado es la razón fundamental del proceso lector. Y es en el ciclo semántico donde ella adquiere todo su valor. Mientras leemos, e incluso luego, establecemos relaciones léxicas, relaciones referenciales, relaciones entre el tema y el desarrollo temático de base, relaciones intertextuales y contextuales, realizamos inferencias. En síntesis, construimos y reconstruimos significado a partir de la información que recibimos, y continuamente estamos evaluando y re-evaluando ese significado. El ciclo semántico nos permite apreciar el carácter estructurado o sistémico de un texto escrito, es decir, nos brinda la posibilidad de interactuar con el texto como una totalidad cuyas partes están interrelacionadas. Por todo esto, este ciclo es básico en la actividad lectora.

Así pues, la lectura es un proceso dinámico, muy activo: un proceso cíclico, no lineal, en el cual los lectores activan no sólo su competencia lingüística sino también su competencia semiodiscursiva, su patrimonio cultural y todos sus esquemas conceptuales.

Lic. Daniela Rojas
Después de leer:

Escribir tus conclusiones sobre la lectura, empleando las siguientes estrategias: parafraseo y generalización.